¿A
partir de qué momento podemos empezar a considerar que hay una nueva vida
humana, desde su concepción o desde su nacimiento? Este es un debate que
durante años ha provocado que la sociedad de hoy en día se dividiese en 2, en
contra o a favor del aborto. Mucha gente lo define como “interrupción del
embarazo”, pero ¿realmente es una interrupción? ¿Después de esta, podrías
continuar con el embarazo? Si fuese una “interrupción” sí.
El
aborto, es un asesinato, aunque no se le quiera llamar así, ya que no hay
ninguna interrupción, tal y como he citado anteriormente, sino que acabas con
él, con esa pequeña sombra en tu ecografía, con ese test de color rosa, con esa vida
que habitaba en tu interior. A continuación expongo diferentes argumentos para
reafirmar mi tesis.
Primeramente,
la vida empieza en el momento de la concepción, es decir, en el útero materno,
en aquel momento en el que el espermatozoide más fuerte del progenitor entra en
el óvulo de la madre. En ese preciso instante empieza la vida del niño, porque
sin ese gran paso, sin ese gran hecho, el niño nunca llegaría a nacer.
A
parte de ser negativo para el niño, abortar también le comporta ciertos riegos
y complicaciones a la madre. Por culpa de “interrupciones del embarazo”, muchas
mujeres han tenido posteriormente dificultades para poder tener hijos, incluso
algunas de ellas se han quedado estériles. Esta técnica, también puede llegar a
perforar el útero de la mujer y generar graves problemas a todas aquellas que
lo han llevado a cabo.
Para
la madre, no solo es un daño o riesgo físico, sino que también acarrea
problemas psicológicos. Muchas de las chicas que han abortado, después de dicha
acción han tenido que ser ingresadas en centros de rehabilitación, ya que el
dolor y la angustia que sentían dentro al haber matado a su hijo no se la
quitaba nadie. Se les crea un vacío interior que es muy difícil de llenar, caen
en un pozo sin fondo del cual, desgraciadamente, hay muchas mujeres que no
consiguen salir.
Mucha
gente defiende el aborto como un derecho que tiene la madre, pero, ¿realmente
lo tiene? ¿Quién es ella para decidir el futuro de otra persona? Aunque sea su
hijo, tiene todo el derecho a poder experimentar lo que es la vida como lo
hemos podido hacer todos nosotros. La pregunta que se deben hacer ellos es: ¿Y
por qué ellos han tenido esta oportunidad y yo no? ¿Qué injusticia verdad?
El
aborto debería ser ilegal, ya que el niño, tenga los días o meses que sea,
sufre. Muchos médicos han defendido la posición de que el embrión aun no es
consciente de lo que se está llevando a cabo, pero la experiencia de las madres y otros médicos experimentados dicen lo contrario. Algunos de ellos incluso
afirman haber visto la cara de dolor en el momento de la extracción. Por lo
tanto, el niño sí que lo siente. ¿Haremos sufrir a una persona que no ha hecho nada
malo? ¿Negarle a alguien la oportunidad de vivir? ¿Mirar egoístamente solo por
nosotros mismo y no por la vida que llevamos dentro? ¿Humanamente, somos
capaces de hacer esto?
En
conclusión, el aborto no es bueno, lo mires desde la perspectiva que lo mires,
tanto si lo miramos desde la madre, como si lo analizamos desde el punto de
vista del niño. Esta práctica es evitable si se hace un uso responsable de
nuestra sexualidad. Y si por alguna razón o debilidad hacemos un mal uso de
ella, no hemos de acobardamos. Todo acto acarrea una serie de consecuencias,
hagámonos responsables de ellas.